Jurado encuentra culpable a “Tata” Charbonier y a su esposo de corrupción pública
Luego de cuatro horas de deliberación, un jurado conformado por nueve mujeres y tres hombres encontró a la exrepresentante María Milagros “Tata” Charbonier Laureano y a su esposo Orlando Montes Rivera culpables de corrupción pública.
A la también exsecretaria del Partido Nuevo Progresista (PNP) y a su esposo la Fiscalía federal le impuso cargos de conspiración, robo, soborno y recibir comisiones ilegales relacionadas a un programa que recibe fondos federales, fraude electrónico y lavado de dinero, relacionados a un esquema de corrupción en el que la exrepresentante infló el salario de su “secretaria-recepcionista” en la oficina legislativa, Frances Acevedo Ceballos, para que ella le pasara una comisión ilegal cada bisemanal que cobraba su salario. Bajo este esquema llegó a agenciarse de $105,800 entre julio de 2017 a febrero de 2020, según el alegato presentado durante el juicio federal celebrado en la sala de la jueza Silvia Carreño Coll.
A la exlegisladora también se le impuso un cargo adicional de obstrucción a la justicia, del que también resultó culpable.
Durante el proceso de lectura del veredicto, Charbonier Laureano lució tranquila, mientras su esposo se veía ansioso. La exlegisladora escuchó en 12 ocasiones que el jurado la encontró culpable por unanimidad, mientras su esposo lo escuchó por 11 ocasiones.
Tras leído el veredicto, los abogados de defensa, Francisco Rebollo y Anita Hill, solicitó que los ahora convictos permanezcan en libertad hasta la fecha de la sentencia, bajo las mismas condiciones que estuvieron mientras estaban bajo fianza.
La jueza federal accedió al pedido. Fijó la fecha de la sentencia para el 10 de abril a las 10:00 a.m.
Durante unos 10 días, el equipo de la Fiscalía federal, conformado por María L. Montañez Concepción, Kathryn E. Fifield y Jonathan E. Jacobson, presentó gran cantidad de evidencia acompañada por el testimonio de 15 testigos, que incluyó grabaciones de conversaciones telefónicas, registros telefónicos, documentos bancarios, así como los testimonios de agentes del Negociado Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) que participaron en la investigación.
El abogado Rebollo, que representó a Charbonier Laureano, y la abogada Hill, que representó a Montes, solo presentaron un testigo, una agente del FBI que tuvo un relativamente corto testimonio.
De acuerdo con lo trascendido durante el juicio, la Fiscalía presentó prueba para demostrar que Charbonier Laureano había inflado el salario de Acevedo Ceballos hasta convertirlo en uno de los más altos en la Cámara de Representantes, y a cambio la empleada le entregaba cada dos semanas entre $1,000 y $1,500. Este dinero que recibió no fue declarado en sus planillas contributivas ni sus informes financieros ante la Oficina de Ética Gubernamental.
Dos de los testigos que presentó la Fiscalía federal, Sheila Mangual y Roxana Sifre declararon tener conocimiento personal del esquema de comisiones ilegales.
Mangual, exdirectora de la oficina legislativa de Charbonier entre 2019 y 2020, declaró haber recibido de manos de Acevedo Ceballos un sobre que parecía contener dinero, para entregárselo a la exrepresentante. Lo hizo al colocarlo en la cartera de la exlegisladora. También declaró que el elevado salario de Acevedo Ceballos no se podía bajar por orden de Charbonier Laureano, porque “le daba una cantidad de su sueldo a la representante”.
Magual también declaró que, luego de una visita de agentes federales a Acevedo Ceballos el 11 de julio de 2020, Charbonier la visitó en su oficina privada de sicóloga y le dijo que “era su culpa, que Frances (Acevedo Ceballos) le daba dinero para pagar su deuda al IRS (Servicio Federal de Rentas Internas)”.
Sifre, exempleada de Charbonier y exesposa del convicto exalcalde catañés Félix “El Cano” Delgado, dijo que supo del esquema cuando Acevedo Ceballos le dejó saber su molestia, porque tenía una deuda con el Departamento de Hacienda por su alto salario, del cual le pagaba las comisiones ilegales a Charbonier. También declaró que, en un día de pago, en los que usualmente iba con Acevedo Ceballos al banco y a hacer diligencias, la vio poner un sobre en la cartera de Charbonier, que creía contenía dinero.
Durante el juicio, trascendió que Charbonier Laureano estaba endeudada por una cifra que se acercaban a $300,000, por préstamos estudiantiles con el Departamento de Educación federal, el IRS y una tarjeta de crédito.
Los testigos de Fiscalía también incluyeron al Secretario de Hacienda, Francisco Parés, y la exdirectora de Recursos Humanos de la Cámara de Representantes, Karen Torres, así como un directivo de la Oficina de Ética Gubernamental, un oficial de Banco Pupular y un empleado de First Bank.
Durante los testimonios de sus últimos testigos, tres agentes federales que participaron de la investigación, incluyendo la entrevista a Acevedo Ceballos el 11 de julio de 2020 y los allanamientos a las residencias de Charbonier Laureano y de la “secretaria-recepcionista” cuatro días después, se presentaron fragmentos de varias llamadas telefónicas interceptadas por el FBI.
En los audios se destacaban Charbonier Laureano, Acevedo Ceballos y Jonathan Alemán Arce, un exdirector de la oficina legislativa de Charbonie que además era informante del FBI y amante de Acevedo Ceballos. Los teléfonos de Charbonier y Acevedo Ceballos se intervinieron luego de obtener órdenes judiciales, mientras que el de Alemán Arce fue intervenido con su consentimiento.
En esos fragmentos de llamadas se escucharon reiteradas alusiones al esquema de comisiones ilegales. Una de esas llamadas cuyos fragmentos fueron presentados como parte de la prueba fue una extensa llamada de una hora y media de Acevedo Ceballos a Alemán Arce, el día siguiente a su entrevista con el FBI, en la que llorosa y evidentemente nerviosa y preocupada, se le escucha hablar del esquema de corrupción que mantenía con Charbonier Laureano y de personas que estaban involucradas en el mismo. Asimismo, le explica a su amante que mientras ocurría la entrevista con el FBI, en un momento se fue a otra habitación y, usando el teléfono de la amiga con la que compartía su casa, logró contactar a Charbonier Laureano a través del teléfono de su esposo, y que la exlegisladora le dio instrucciones sobre cómo responder a los agentes federales.
El abogado Rebollo, como parte de sus esfuerzos para demostrar duda razonable sobre la prueba presentada por la Fiscalía federal, cuestionó la validez de la llamada interceptada al teléfono de Alemán Arce, imputando que la conversación estaba forzada por el interés que el FBI le había indicado a su informante.
Rebollo cuestionó también el hecho de que, un dinero marcado que el FBI le dio a Alemán Arce para que se lo pasara a Acevedo Ceballos, y que esta última se lo entregara a Charbonier Laureano como parte de las comisiones ilegales, no apareció en la casa de la exrepresentante durante el allanamiento y, en cambio, fue encontrado en poder de Acevedo Ceballos. Alegó que “los amantes se habían quedado con el dinero”.
El abogado cuestionó también repetidamente a los agentes del FBI el hecho que se usara un informante que mantenía una relación amorosa con una de las personas que eran objeto de la investigación.
La abogada Hill, en tanto, enfocó parte de sus esfuerzos en mostrar que la cuenta bancaria a nombre de Montes Rivera, a través de la cual se hacían transferencias vinculadas al esquema ilegal era una conjunta con Charbonier Laureano, a la que la exrepresentante tenía pleno acceso, y que no se había mostrado más allá de duda razonable la participación de su cliente en esas transferencias relacionadas con el esquema.
De hecho, como parte de los testimonios se presentaron sólo tres instancias en las que Montes Rivera estuvo implicado. Una fue cuando Mangual alegó que Montes Rivera acudió a su hogar a buscar unas pastillas y, de paso, solicitó un dinero que Charbonier Laureano le había dado para que lo guardara. Esta alegó que el hombre puso el dinero en un vaso y lo dejó abandonado entre un pastizal para buscarlo luego. Aludió a que lo hizo por miedo a que agentes del FBI lo estuviesen siguiendo.
Montes Rivera también aparece implicado en las transacciones por ATH Móvil que Acevedo Ceballos realizó para transferir el dinero de soborno a la exlegisladora.
Como parte de este caso, inicialmente la secretaria y recepcionista figuraba como coacusada, pero se declaró culpable el pasado 7 de noviembre de soborno relacionado con programas que reciben fondos federales.
Un cuarto coacusado, el hijo de Charbonier y Montes, Orlando Gabriel “Gaby” Montes Charbonier, se acogió a un programa de desvío en el que acepta un grado de responsabilidad en los hechos y deberá cumplir ciertos criterios que le impondrá el tribunal. Una vez cumplidos esos criterios, le desestimarían los cargos.
Las sentencias a nivel federal se establecen por unas guías. Sin embargo, los topes por los delitos imputados van entre 10 a 20 años de prisión.