Las detuvo por ley 22 y al escuchar a la joven el resultado fue otro .


 Entérate – En un turno de 12 horas, la agente Melissa Pérez Reilly, asignada a Tránsito en Aguadilla, vivió una experiencia que trascendió su rutina diaria de trabajo. Durante una inspección de rutina, Pérez detuvo a una joven de 21 años por utilizar su teléfono móvil mientras conducía. Al acercarse al vehículo, notó que la conductora estaba visiblemente alterada y rompió en llanto sin consuelo.

“En ese momento, sentí que tenía a una de mis hijas frente a mí”, relató Pérez. La joven, sumida en una crisis emocional, compartió con la agente que tenía muchas responsabilidades y preocupaciones a su cargo, incluyendo el cuidado de su abuela, quien estaba profundamente triste tras la reciente muerte de su esposo. La joven estaba desesperada por llegar a tiempo a la actividad de la Virgen del Carmen en Aguadilla, un evento que prometió llevar a su abuela para distraerla y levantarle el ánimo.

Demostrando una notable empatía y humanidad, la agente Pérez tomó una botella de agua de su patrulla y comenzó a tranquilizar a la joven, ofreciéndole palabras de consuelo y apoyo. “Le pedía a Dios que me diera sabiduría y entendimiento para ayudarla a superar esa crisis”, comentó Pérez.

La joven, al sentir el apoyo incondicional de la agente, le pidió un abrazo. “Me dijo ‘abrázame, no me sueltes'”, recordó Pérez conmovida.

El acto de la agente Pérez destaca no solo su compromiso con la seguridad vial, sino también su compasión y dedicación a servir y proteger a la comunidad en momentos de necesidad.

Agente Melissa Pérez Reilly, una verdadera muestra de humanidad en el cumplimiento del deber.