“Los políticos y los jueces no deberían entrometerse en las decisiones personales y médicas de las personas”, recalca la portavoz de Planned Parenthood Florida.

Esta organización recuerda que Florida había estado prestando servicios a pacientes que se veían obligadas a viajar para poder recibir atención médica desde otros estados del sureste, donde se estima hay unas 17 millones de mujeres en edad reproductiva y que viven bajo algún tipo de restricción al aborto.

“Esta nueva ley cambiará por completo esta dinámica”, señaló Trullenque.

Añadió que con la nueva norma aumentarán los “abortos no regulados y potencialmente inseguros y peligrosos a nivel vital”, un efecto que podría “derivar en una crisis sanitaria con un aumento de complicaciones médicas graves”.

En un acto de campaña de Biden celebrado la semana pasada en Tampa, en el oeste de Florida, Kaitlyn Joshua, madre de familia y activista por los derechos reproductivos en Luisiana, relató su experiencia al comienzo de su segundo embarazo.

Tras sufrir de fuertes dolores y profusos sangrados se dirigió a una sala de emergencia con un cuadro de aborto espontáneo, pero debido a la prohibición estatal los médicos no le informaron lo que ocurría y la mandaron de vuelta a su domicilio.

Para Biden, el culpable de todo ello es su virtual oponente republicano, el expresidente Donald Trump (2017-2021), quien no dudará en instaurar una prohibición nacional al aborto.

Según Biden, Trump se jacta de ser la causa de que en junio de 2022 el Supremo de EE.UU. terminara con las protecciones federales establecidas en el caso de Roe vs. Wade y que evitaba que los estados legislaran sobre el aborto.